lunes, 4 de junio de 2007

Portales y la Virtud Republicana


Introducción

¿Cómo se socializa la idea de virtud republicana a través del Araucano? La idea de virtud republicana que va a ser definida como “el principal resorte de la máquina” según don Mario Góngora[1]. Y definida como la distinción entre los “buenos” y los “malos” según don Diego Portales. Los buenos son los hombres de orden, los hombres de juicio y que piensan, los hombres de conocido juicio, de notorio amor al país y de las mejores intenciones. Los malos sobre quienes debe recaer el rigor absoluto de la ley, son los forajidos, los lesos y bellacos, aludiendo sin duda a los pipiolos y los conspiradores de cualquier bando. Lamenta a veces la tibieza en el gobierno y aún de aquellos que son afectos al Gobierno por su natural propensión al orden y a la paz, todas las piezas de la máquina se van desencajando sensiblemente, porque algunos no le tienen respeto al gobierno[2]. Y la idea de “principal resorte de la máquina” que según don Alejandro Guzmán[3], es más que una distinción entre los buenos y los malos, sino quiere decir la virtud de un régimen político[4].

En la presente investigación tenemos por objetivo conocer y analizar los planteamientos del periódico El Araucano en relación a la socialización de la idea de virtud republicana, en los términos antes dichos. Y cómo esta idea es trabajada desde la perspectiva historiográfica.

La historiografía de Diego Portales es abundante y la discusión historiográfica que se suscita es amplia, al momento de reflexionar sobre cual es el principal resorte de la máquina para don Diego Portales. Los autores consultados[5] nos darán luces con respecto a la virtud republicana.

Al comenzar nuestra investigación hemos constatado que algunos problemas que han podido mermar el trabajo, y han sido el poder revisar el periódico el Araucano, debido a que no se encuentra disponible en tantos lugares, sin embargo, esto constituye un aporte a la investigación dado el poco uso que se le ha dado a esta fuente.
Para este trabajo se han seleccionado diversos textos para la discusión historiográfica[6] y la fuente principal para este primer avance que es el periódico el Araucano, donde podremos identificar cuales son las ideas fuerzas que se pretenden socializar.

Para lograr llevar a cabo la investigación hemos seguido una metodología de trabajo que contempla entre sus fundamentos el análisis de documentos escritos referidos a la visión de Portales del Estado, su vida y obra, sus cartas. Fuentes primarias como el periódico el Araucano, documentos los cuales nos permiten comprender las diversas visiones que existen sobre la influencia de Portales en el Estado y en la organización de la República.

La investigación que aquí se presenta fue organizada en tres capítulos, el primero de ellos titulado “El Araucano”, en éste se precisarán las principales características de la fuente de información en la que se basa nuestro trabajo.

El segundo capítulo se titula “La Idea de Virtud Republicana”, este capítulo confronta a los dos autores señalados anteriormente, con respecto al tema de la virtud y como se entiende el principal resorte de la máquina.

El tercer capítulo se titula “El Araucano y La Socialización de la Idea de Virtud” y estará plenamente destinado a analizar el significado de virtud y de que manera se pretende socializar esta idea.

I. El Araucano
1.1 El Araucano

Portales estuvo interesado en formar una opinión pública vivaz y sensible pero le faltaba dar una paso más, hasta que de el 17 de septiembre de 1830 se publicó el primer número del Araucano, periódico semanal que se confió desde el primer instante la misión de hacer defensa y el esclarecimiento de las medidas gubernativas[7]. Este periódico, que no llegó a tener carácter de oficial sino mucho después, se constituyó en defensor oficioso del Gobierno, bajo la redacción del antiguo escritor de El Sufragante[8], el Ministro de la Suprema Corte de Justicia don Manuel J. Gandarillas, el cual, hasta el año 1835, redactó la parte interior y política, estando la exterior y literaria a cargo de don Andrés Bello. Después el fundador cesó en la redacción de este periódico, continuó con ella el señor Bello por mucho tiempo más, unas veces el todo y otras en parte y con este motivo escribieron también El Araucano, entre otros,(aunque este no es el orden preciso en que se sucedieron) don Juan Francisco Meneses como nueve meses el año 35, don Ventura Marín, unos cuatro números sobre policía el año 36, don José Joaquín Perez, don Ramón Rengifo, don Felipe Pardo, don Salvador Sanfuentes durante la guerra con el Perú, don Rafael Minvielle que redactó el editorial de los números 812 y 15, don Santiago Lindsay que llevó el año 1851, y don Aniceto Cordovés el año 58, siendo el que actualmente dirige don Ambrosio Montt[9]. El Araucano nació bajo buenos auspicios, como lo prueba su larga vida. Sólo en 1877 dejó de salir, esto es, cuarenta y siete años después de su fundación, para dejar paso al Diario Oficial[10].
Esta fuente poco estudiada nos va a permitir observar cuales son las ideas que se intentan socializar, teniendo en cuenta el contexto de finalización de un periodo de anarquía política a uno donde se quiere mostrar un orden.


II. La Idea de Virtud Republicana

2.1 La Idea de Virtud en la Visión de Góngora y Guzmán

La idea de virtud republicana se halla expresada en Portales mediante sus cartas y en ese contexto es donde dice “La República es el sistema que hay que adoptar; ¿pero sabe cómo yo lo entiendo para estos países? Un Gobierno fuerte, centralizador, cuyos hombres sean verdaderos modelos de virtud y patriotismo, y así enderezar a los ciudadanos por el camino del orden y de las virtudes. Cuando se hayan moralizado, venga el Gobierno completamente liberal, libre y lleno de ideales, donde tengan parte todos los ciudadanos[11]”. De esta manera encontramos una idea clara de virtud, la cual se encuentra en la república. Y esta idea va a ser ratificada por don Mario Góngora al expresar que es el principal resorte de la máquina y al hacer la distinción entre los buenos y los malos, aunque luego señala “El régimen portaliano presupone que la aristocracia es la clase en que se identifica el rango social, y todos sus intereses anexos, con la cualidad moral de preferir el orden público al caos. Esto sería el principal resorte de la máquina, a nuestro juicio”[12]. Estas ideas según la visión de don Alejandro Guzmán se acercan al concepto para él de virtud, según la cual la aristocracia de Portales tiene que ver con una clase de dinámica formación social a la que todos están llamados en la medida de su virtud, lo cual sería mucho más amplio que el mero gusto por el orden público. En consecuencia la virtud o las virtudes tienen que ver con la democracia entendida como el gobierno de pocos, porque los hombres debían estar dotados de virtud, pero la democracia no era posible por carecer de ciudadanos de virtud. Es por esto que la virtud en Portales es considerada en la visión de Guzmán como un presupuesto de la democracia, lo mismo que como una característica o presupuesto de la aristocracia, en otras palabras de toda república. De esta manera sería entendido el principal resorte de la máquina como la virtud del régimen político.


2.2 El Principal Resorte de la Máquina

Por esta razón no me tomaré la pensión de observar el proyecto de reforma. Usted sabe que ninguna obra de esta clase es absolutamente buena ni absolutamente mala; pero ni la mejor ni ninguna servirá para nada cuando está descompuesto el principal resorte de la máquina[13]. Para este caso Portales no se dará la molestia de examinar el proyecto, debido a que ninguna constitución es demasiado buena o mala en sí, aunque ni la mejor ni la peor servirán si está dañado el principal resorte de la máquina. Estas ideas se reflejan en el Araucano sobre todo en relación a la constitución o la las constituciones de otros estados a lo que se alude diciendo que

“Se ha creído regularmente que el establecimiento del orden social depende de la estricta observación de la constitución política de los Estados, más no se ha hecho alto de que estas instituciones encierran muchas veces en si mismas el germen de su destrucción[14]

Guzmán entiende la expresión máquina como régimen político y en la carta a Garfias de mayo de 1832, el principal resorte de la máquina se opone a la Constitución, respecto a la cual señala que no es ni buena ni mala pero que no serviría porque estaba dañado el principal resorte de la máquina, lo que en consecuencia llevaría a la institucionalidad política real, es decir, alude al régimen político. Según esto principal resorte de la máquina quiere decir, la virtud del régimen político, es decir, la virtud en la república (aristocrática). De esta manera el principal resorte es la virtud y la máquina la república aristocrática, concebida como forma de gobierno de los virtuosos. Y la virtud entendida como patriotismo.


2.3 Una Marcha Conocida

La idea de marcha conocida, queda clara en la carta de Portales a J. Tocornal con fecha 16 de julio de 1832[15], en la cual señala que con cada acto suyo hará bienes en su gestión, de los cuales quizás ni él mismo se de cuenta, y que con cada acto dará un buen ejemplo.

“Todos confían en que usted no hará mal ni permitirá que se haga: a esto están limitadas las aspiraciones de los hombres de juicio y que piensan. Por otra parte, el bien no se hace sólo tirando decretos y causando innovaciones que, las más veces, no producen efectos o los surten perniciosos. A cada paso hará usted bienes en su destino, que usted mismo no conoce, y que todos juntos vendrán a formar una masa de bienes que el tiempo hará perceptibles; en cada resolución, en cada consejo, etc., dará usted un buen ejemplo de justificación, de imparcialidad, de orden, de respeto a la ley, etc., etc., que insensiblemente irá fijando una marcha conocida en el Gobierno[16]

Esta idea se resume en rectitud moral, la que implica dirección al bien, con que debe actuar el gobernante en todas las ocasiones. En el caso de la ley, el criminal merece su pena, para que surja el bien y para Portales su concepto de gobierno y gobernante queda claro en la siguiente expresión

“Palo y biscochuelo, justa y oportunamente administrados, son los específicos con que se cura cualquier pueblo, por inveteradas que sean sus malas costumbres[17]


Palos y biscochuelos aplicados oportunamente, sería en el fondo el principio de la justicia distributiva, que es la que rige la actividad del gobernante. En el plano de lo legal todos los actos del gobernante deben estar guiados por la virtud moral. Esta última debe darse bajo el imperio de la legalidad, pero cuando la ley positiva calla, lo único que queda es la ley moral y la garantía que la ley positiva otorga al ciudadano en circunstancias normales.
“Principio eterno: la justicia es una constante y perpetua voluntad de dar a cada uno lo que es suyo… dar a cada uno lo que es suyo es operación muy sencilla, pero para llegar a verificarla es necesario tener un conocimiento prolijo de ese borrascoso mar que es nuestra jurisprudencia y ciertas cualidades físicas e intelectuales que no pueden suplirse por la más estricta honradez y por la más basta intuición[18].
Las reglas de lo justo y lo injusto están al alcance de cualquier hombre de mediano discernimiento, pero estas no bastan muchas veces para presentar los casos particulares con toda claridad que ofrece el principio universal[19]
Mientras estemos sujetos a una legislación tan viciosa, no podríamos quejarnos con justicia de los errores de nuestros jueces, porque a ninguno le faltará una doctrina, una opinión o algún texto con que cubrir sus sentencia por desarreglada e injusta que sea[20].
No hay más remedio que una reforma radical de los códigos, sobre lo cual se trata ya en las cámaras legislativas”[21].

Es por esto que Portales habla de la marcha conocida, y como señala Guzmán esta rectitud moral que hace que a los gobernantes actuar con integridad, contribuyan a que las virtudes puedan desarrollarse, con un gobierno fuerte y centralizador, ejercido por hombres que resulten modelos de virtud y patriotismo y cuya tarea sería enderezar a los ciudadanos por el camino de las virtudes, esto es parte de una primera etapa para que los ciudadanos adopten las virtudes necesarias para cimentar la república. Y una segunda etapa luego de que los ciudadanos se hayan moralizado, podría adoptar el gobierno liberal, libre y lleno de ideales, con participación de todos. Pero como eso no ha ocurrido hasta el momento se entiende que los virtuosos son solo algunos.


III. El Araucano y La Socialización de la Idea de Virtud

3.1 La Socialización de la Idea de Virtud en El Araucano

Como señala Silva Castro, Portales tenía un interés por formar una opinión pública vivaz y sensible. Desde su aparición el día 17 de septiembre de 1830 el Araucano va a dejar en claro la diferencia que existía entre el periodo anterior de gobierno y el nuevo, haciendo alusión a como este era visto desde el exterior. Esta visión no era alentadora debido a que Chile se pensaba estaba en estado de desaparecer de las naciones americanas. Más se muestra a este nuevo gobierno como la esperanza, y pese a haber vivido una guerra[22] tan desoladora, se hace el contraste con la llegada de la tranquilidad y la paz de este nuevo régimen. La mirada que da el periódico al periodo anterior, a la guerra y al desorden existente va a ser la constante al momento de entregar la noticia, el contraste forma parte de la estrategia y el énfasis en la corrupción que existía y que con esta transición se había solucionado.

“La disciplina del ejército veterano, la tranquilidad de todos los pueblos, la restauración de los trabajos del comercio, de la industria y de la agricultura y de todas las profesiones que dan vida a la sociedad, son efectos de una administración regularmente organizada[23]

El mostrar a un Gobierno organizado, también trajo repercusiones por parte de la oposición y se dejaron sentir las críticas, sobre todo por escrito, las cuales van a incomodar al gobierno y van a ser respondidas y cuestionadas por esta vía. En estas situaciones donde se recurre a la idea de virtud y esta virtud se puede entender en varios aspectos, primero en el sentido de la distinción entre los buenos y malos. Pero en el sentido de los buenos como señala Portales[24] podemos ver también el interés de que se den a conocer las virtudes del Estado, y desde esa perspectiva se encuentran junto con la buena administración, la investigación. Esta última vista como una manifestación más de todo lo prodigioso que era el Gobierno.

“No es posible referir todas las providencias benéficas que ha dictado el Gobierno. Su influencia se manifiesta por todas partes, y la confianza pública y la inalterable tranquilidad que reina en los espíritus son el resultado de sus tareas[25]

Los malos en este caso son sobre quienes debe recaer el rigor absoluto de la ley, los forajidos, los lesos y bellacos. En esta categoría acoplan los opositores del Gobierno, quienes por los vacíos de la ley pueden expresar libremente mediante la libertad de prensa los pensamientos contrarios al régimen. Estos ocupan varios números debido a que el Gobierno es atacado constantemente.

“¿Qué es lo que se han pretendido con esos esfuerzos que han hecho para trastornar la opinión del Gobierno? La oposición que hacen no nace de diferencia de principios, sino de afección al desorden, y los que lo intentan introducir ¿cómo podrán valerse de otros medios que no sean tan viles como su fin? Pretender que hombres han sacudido el yugo de la moral, anden por el camino de la honradez, es solicitar un imposible. Imponerles silencio por la fuerza, es manifestarles un temor que no pueden infundir; y supuesto que la ley no tienen fuerza para corregirlos, no hay más que abandonarlos al castigo que seguramente les infligirá el pesar de no poder lograr nada[26]

Así también las malas costumbres que tienen una incidencia en la moralización de la sociedad y para ello se señala

“En medio de las ventajas que nos han proporcionado el establecimiento del orden crece con desagrado una cierta afición a diversiones que pugnan con el estado de nuestra civilización. Gusto por las chinganas, burdeles… no criticamos el justo desahogo de las fatigas del trabajo, nos dirigimos contra ese frenesí que se difunde a gran prisa por placeres nada decentes. Estas ceremonias nocturnas estimulan la licencia, se aflojan los vínculos de la moral, crece la insensibilidad y la corrupción. El artesano consume en esas casas el producto de sus talleres abandonando sus deberes con su familia, sirvientes malgastan su salario… no hay vigilancia que baste para forjar la moralidad[27]

Esto rectifica la idea de que el proceso de moralización es muy largo y que quienes son los modelos de virtud, es decir, quienes están preparados deben ser los que conduzcan a los ciudadanos para que ellos puedan lograr este estado.


3.2 La Educación Entendida Como Virtud.

Este punto también es tratado en contraste, debido a que se enrostra que en la administración no hubo preocupación por la educación. El ejemplo utilizado es el de la Academia Práctica Forense y también del Teatro. La primera considerada como una institución de trascendencia para la vida política del país debido a que en ella debían formarse los amparadores de los derechos individuales, los defensores de las leyes, y los hombres públicos de Chile.

“Se haya en tal estado de abandono, que aún no tiene un lugar para sus sesiones. Carece hasta de un reglamento orgánico, y puede decirse que solo se mantiene porque unos cuantos jóvenes de los que aspiran a ejercer la profesión de la abogacía, tienen voluntad de concurrir los días de reunión. No hay estímulos que los incite al estudio, ni penas que los obligue a la concurrencia, y así es que parece que no existiera ese interesante taller, donde los profesores del derecho aprenden la práctica de los juicios, y se apoderan de los medios que las leyes establecieron para pedir la aplicación de sus disposiciones[28]

De esta misma forma era entendido el teatro como un instrumento para la moralización del pueblo, en el cual quedaba en evidencia el estado cultural del país.

“No ha habido un gobierno que fije la atención sobre el establecimiento que debe dar una idea del estado de la cultura del país, del grado de civilización a que ha llegado Chile desde que sacudió el yugo de la opresión colonia[29]l”

Así eran entendidas estas instituciones, las cuales habían quedado en el más completo descuido.
“Las ideas nos llevan a la casa de huérfanos, depósito de las debilidades, a la cárcel y presidio, paradero de delincuentes y al panteón, término de la vida.
Ese recinto consagrado por piedad para recoger los expósitos se haya en tal estado de abandono, que la decencia y el respeto a nosotros mismos debería hacerlo silenciar. No hay colores tan tristes, ni pinceles tan diestros, que puedan presentar en expectación el cuadro horrible que ofrecen al observador esas víctimas de la miseria humana[30]

Estas palabras nos llevan al sentido más puro de la virtud debido a que se reconoce de donde nacen los males que afectan al Gobierno, desde el nacimiento hasta la muerte son descuidados por el Gobierno, entonces al pueblo entendido como la masa popular, difícilmente podría alcanzar este ideal de virtud. Es en pos de este ideal donde el Gobierno va a enfatizar y su actuar va a estar dirigido a las luces, a la ilustración. Mientras esto ocurre no existe otra solución que el control por la fuerza.

“Es sabido que esta fatal manía proviene del carácter belicoso, que la ignorancia deja correr hasta el exceso, y que nunca podrá extinguirse mientras la ilustración y la moral no se apoderen del corazón de la plebe. Solo las buenas costumbres y un conocimiento exacto de la virtud y el honor pueden alejar a los hombres del camino de los delitos, pero para propagar estas cualidades se necesita tiempo y constancia: no es la obra de días, sino efecto quizás de siglos. Mientras tanto, es necesario tomar medidas, que si no previenen los delitos, siquiera los repriman por medio de ejemplares que infundan terror[31]
3.3 El Comercio y la Virtud

La idea de trabajo está asociada a la virtud, debido a que si el hombre no trabaja, el ocio lo lleva hacia el desorden y la destrucción, es por esto que el Gobierno debe proteger las profesiones laboriosas y una de ellas es el comercio, del cual depende el Gobierno, debido a que inspira amor al trabajo y le da comodidad a la patria. En este caso se aprecia el grupo al cual llega el periódico y es posible advertir que ellos son quienes sostienen al mismo. Esto porque se da tal importancia al comerciante, que se lo vincula con el patriotismo, con el sometimiento a las leyes, con el amor al trabajo, en definitiva encarna la virtud de acuerdo a la idea portaliana. Esto entendido desde la perspectiva que Portales también era un comerciante.

“Si el Gobierno es justo, le obedece con placer, y si es tiránico, o vacilante, huye a otra parte con su industria y sus talentos. Un juicio recto, una probidad franca, una comportación severa, una economía bien reglada, son las cualidades del negociante y las virtudes del buen ciudadano[32]

En este sentido la idea de Portales, se refleja claramente, y sobre todo cuando se relacionan la educación, el comercio y las costumbres para hacer de los ciudadanos personas más virtuosas.
“No solo los metales preciosos son verdaderas riquezas, lo son también la ilustración, las costumbres, las comodidades de la vida, y los medios de proporcionarlas[33]

3.4 Las Leyes y la Virtud

Este punto lo consideramos relevante, debido a que lo vivido anteriormente al periodo de constitución de la república, había dejado una mala experiencia con respecto a las leyes e incluso los vacíos se hicieron sentir sobre todo en los temas relativos a la libertad de imprenta y a los derechos civiles. Si las leyes no eran severas e inmutables, difícilmente podrían haber sido instrumento de virtud, por el contrario se volverían instrumento del despotismo, produciendo una censura vigilante sobre costumbres, y afectando los principios de rectitud y honor.
Uno de los derechos importantes es el de sufragio, y se deja claro cual es la postura del Gobierno en cuanto a este tema e incluso se compara con Europa y los países latinoamericanos, debido a que se pensó que las constituciones eran la repuesta a los problemas.
Se ha creído regularmente que el establecimiento del orden social depende de la estricta observación de la constitución política de los Estados, más no se ha hecho alto de que estas instituciones encierran muchas veces en si mismas el germen de su destrucción[34]

Y la solución para esto es una administración firme y para esto recurrimos a la idea de un Gobierno fuerte, centralizador.

“Los pueblos desean gozar de una libertad organizada, y exigen un sistema de administración firme, estable y vigoroso que no les exponga a esas alteraciones que frecuentemente los inquietan[35]


Las ideas portalianas sobre lo legal ocupaba el concepto de sanción contra los infractores y ve en la legalidad el presupuesto necesario de la convivencia civil y política.
“El único remedio que parece natural para evitar los crímenes con que tan frecuentemente horrorizan a los ciudadanos honrados y a los observadores extranjeros, es el establecimiento de escuelas en las campañas, en donde se les haga conocer lo bueno y lo malo, se les instruya en sus deberes, y se les formen costumbres arregladas a la ley[36]

Frases como “si mi padre conspirara a mi padres fusilaría” ;“el peor mal que yo encuentro en no apalear al malo, es que los hombres se apuran poco por ser buenos, porque lo mismo sacan de serlo, como de ser malos”; “cuando no hay interés por la justicia, por la ley y por las buenas costumbres, no nos queda más recurso que nuestras fuerzas para castigar al que nos ofende, porque los tribunales y todos los jueces son propensos a proteger el crimen, siempre que ven que no hay quien haga efectiva sus responsabilidades”; “si yo, por ejemplo, apreso a un individuo que sé está urdiendo conspiración, violo la ley…Maldita ley entonces si no deja al brazo del gobierno proceder libremente en el momento oportuno…Con ley o sin ella, esa señora que llaman constitución, hay que violarla cuando las circunstancias son extremas”[37]
Todas estas frases expresan la idea de portales con respecto a la justicia y sus falencias.
“Si la filosofía reprueba la pena de muerte, ella misma enseña que en un país donde no hay cárceles, ni policía; donde no hay moralidad, ni existe ese horror al crimen que inspira la virtud, debe infligirse, mientras se corrige el mal de raíz ¿Dejaremos impunes a los asesinos por seguir a Beccaria, Filangieri y otros? Podremos, cuando más, adoptar medios para disminuir la muerte y los crímenes[38]

La idea de una constitución que se debe violar, tiene asidero en el sentido de que la ley debía sufrir ciertas modificaciones

“Todos saben que la Administración se halla a cada instante embarazada con algunas de sus disposiciones. Nadie ignora que la tranquilidad y felicidad pública dependen de la buena conducta del Gobierno, de la pronta administración de justicia, y del exacto desempeño de los subalternos, y cada cual está convencido que la subsistencia de los males que se notan en el régimen de la República, proviene, o de la falta de disposiciones de ese código, o de que sus preceptos son defectuosos, incompletos, o inteligibles”[39]

Portales era un hombre pragmático y es por ello que sus frases muestran su personalidad, las cuales al contrastarlas con el Araucano, dejan en evidencia su influencia, sobre todo desde la perspectiva de la ley, la moral y la virtud.

Conclusión

El Araucano como señala Silva Castro fue producto de el interés de Portales por formar una opinión pública. Esta opinión que va formando la marcha conocida, es decir, estas ideas que quedan en el subconsciente colectivo y que se hacen parte de la sociedad, sólo por el hecho de insistir en ellas. Estas ideas fuerzas se van a evidenciar desde los comienzos del periódico, si bien es cierto, el encargado fue Manuel José Gandarillas, amigo de Portales en los comienzos de la edición del periódico, su idea de virtud, de orden y la distinción entre buenos y malos, justicia queda manifiesta en las citas que hemos escrito anteriormente. Sin duda la socialización de la idea de virtud está implícita y es transversal a los diferentes temas planteados por el periódico, sean estos desde la perspectiva del comercio, la educación, la ley e incluso al dar ejemplos del extranjero queda manifiesta la intención de mostrar a los pueblos oprimidos por la monarquía como no virtuosos. Esta virtud que según la idea de Guzmán se expresa como una virtud republicana, o del régimen político (aristocracia) este sería el resorte de la máquina, donde el amor a la patria, a la igualdad, constituye parte primordial de este virtuosismo. Esta idea de virtud confrontada con la de don Mario Góngora tiene un vínculo, en cuanto a la segunda definición del principal resorte de la máquina, la cual cumple un rol fundamental y que junto a un gobierno fuerte, respetable, obedecido hace que los hombres capaces puedan conducir a los ciudadanos en el camino de la virtud. Esta virtud que de acuerdo a las noticias de los primeros años (1830 -1831) se ven más lejanas, por causa del periodo anterior y sus vicios, pero que desde fines de 1831 y hasta 1833 con la redacción de la constitución van a notarse más por este tema.
Podemos decir que la socialización de la idea de virtud como ciudadanos que puedan llegar a un gobierno democrático, está socializada pero lo que también queda claro que esta visión corresponde a un largo plazo que sólo se va a cumplir cuando los individuos se moralicen y sean ejemplos de virtud y patriotismo, es decir, cuando estén preparados para asumir el rol de la aristocracia.


Bibliografía

Góngora, Mario. Ensayo Histórico Sobre la Noción de Estado en los Siglos XIX y XX. Editorial Universitaria. Santiago de Chile, 2003.

Guzmán, Alejandro. Portales y el Derecho. Editorial Universitaria. Santiago de Chile, 1988.

Briceño, Ramón. Estadística Bibliográfica. Santiago, Chilena, 1862. Vol I

Silva Castro, Raúl. Ideas y Confesiones de Portales. Editorial del Pacífico. Santiago de Chile, 1954.

Collier, Simon. La Construcción de una República 1830 – 1865, Política e Ideas. Ediciones Universidad Católica de Chile. Santiago de Chile, 2005.

Sotomayor Valdés, Ramón. Historia de Chile Bajo el Gobierno del General Don Joaquín Prieto. Fondo Histórico Presidente Joaquín Prieto. Santiago de Chile, 1962. Vol. I, Tercera Edición (Academia Chilena de la Historia).

Silva Castro, Raúl. Prensa y Periodismo en Chile (1812 – 1956). Ediciones de la Universidad de Chile. Santiago de Chile, 1958.


Citas:



[1] Góngora, Mario. Ensayo Histórico Sobre la Noción de Estado en los Siglos XIX y XX. (Santiago de Chile, 2003): 77.
[2] En Góngora, Mario. (Santiago de Chile, 2003): 78.
[3] Cf. Guzmán, Alejandro. Portales y el Derecho.
[4] Guzmán, Alejandro. Portales y el Derecho. (Santiago de Chile, 1988): 64.
[5] Mario Góngora y Alejandro Guzmán.
[6] Los textos principales para la virtud republicana son Góngora, Mario. Ensayo Histórico Sobre la Noción de Estado en los Siglos XIX y XX y Guzmán, Alejandro. Portales y el Derecho.
[7] Silva Castro, Raúl. Prensa y Periodismo en Chile. (Santiago de Chile, 1958):167.
[8] Sotomayor Valdés, Ramón. Historia de Chile Bajo el Gobierno del General Don Joaquín Prieto, (Santiago de Chile, 1962): Vol. I, p. 46.
[9] De: Briceño, Ramón. Estadística Bibliográfica. (Santiago, Chilena, 1862). Vol I
[10] Silva Castro, Raúl. Prensa y Periodismo en Chile. (Santiago de Chile, 1958):168.
[11] Silva Castro, Raúl. Ideas y Confesiones de Portales. (Santiago de Chile, 1954):15.
[12] Góngora, Mario. Ensayo Histórico Sobre la Noción de Estado en los Siglos XIX y XX. (Santiago de Chile, 2003): 80.
[13] Epist. II, N° 231, p. 203. En Guzmán, Alejandro. Portales y el Derecho. (Santiago de Chile, 1988): 42.
[14] EL ARAUCANO. (Santiago De Chile, 27/11/1830): Columna 1 / Párrafo 6 / Página 4

[15] Silva Castro, Raúl. Ideas y Confesiones de Portales. (Santiago de Chile, 1954):40.
[16] Silva Castro, Raúl. Ideas y Confesiones de Portales. (Santiago de Chile, 1954):40.
[17] Silva Castro, Raúl. Ideas y Confesiones de Portales. (Santiago de Chile, 1954):58.
[18] EL ARAUCANO. (Santiago De Chile, 03/09/1831): Columna 3 / Párrafo 1 / Página 3
[19] EL ARAUCANO. (Santiago De Chile, 03/09/1831): Columna 2 / Página 4
[20] EL ARAUCANO. (Santiago De Chile, 03/09/1831): Columna 2 / Página 4
[21] EL ARAUCANO. (Santiago De Chile, 03/09/1831): Columna 2 / Página 4
[22] El sábado 17 de abril de 1830, se llevó a cabo una batalla que se prolongó durante tres horas, cerca de la confluencia de los ríos Claro y Lircay. El más pequeño de los ejércitos era liderado por el general Ramón Freire, héroe de tendencia liberal de las guerras de independencia, quién había sido Presidente de Chile hasta hacía pocos años. Su adversario era el general Joaquín Prieto, otro veterano de la independencia, quien era el “campeón” de los Conservadores que habían tomado recientemente el poder en Santiago. La victoria del general Prieto en la Batalla de Lircay (como llegó a ser conocida), aseguró el triunfo del nuevo régimen Conservador. Once días antes, el comerciante de Valparaíso, Diego Portales, había asumido dos de los tres ministerios del gabinete chileno. Collier, Simon. La Construcción de una República 1830 – 1865, Política e Ideas. (Santiago de Chile, 2005):35.
[23] EL ARAUCANO. (Santiago De Chile, 17/09/1830 ): Columna 3 / Párrafo 3 / Página 4
[24] Los buenos son los hombres de orden, los hombres de juicio y que piensan, los hombres de conocido juicio, de notorio amor al país y de las mejores intenciones. En: Góngora, Mario. Ensayo Histórico Sobre la Noción de Estado en los Siglos XIX y XX. (Santiago de Chile, 2003): 77.
[25] EL ARAUCANO. (Santiago De Chile, 02/10/1830): Columna 1 / Párrafo 10 / Página 4
[26] EL ARAUCANO. (Santiago De Chile, 09/10/1830): Columna 3 / Párrafo 6 / Página 4
[27] EL ARAUCANO. (Santiago De Chile, 07/01/1832): Columna 1 / Página 4
[28] EL ARAUCANO. (Santiago De Chile, 16/10/1830): Columna 2 / Párrafo 2 / Página 4
[29] EL ARAUCANO. (Santiago De Chile, 16/10/1830): Columna 3 / Párrafo 5 / Página 4
[30] EL ARAUCANO. (Santiago De Chile, 23/10/1830): Columna 1 / Párrafo 1 / Página 4
[31] EL ARAUCANO. (Santiago De Chile, 23/10/1830): Columna 2 / Párrafo 4 / Página 4
[32] EL ARAUCANO. (Santiago De Chile, 30/10/1830): Columna 1 / Párrafo 2 / Página 4
[33] EL ARAUCANO. (Santiago De Chile, 30/10/1830): Columna 2 / Párrafo 4 / Página 4


[34] EL ARAUCANO. (Santiago De Chile, 27/11/1830): Columna 1 / Párrafo 6 / Página 4
[35] EL ARAUCANO. (Santiago De Chile, 04/12/1830): Columna 2 / Párrafo 3 / Página 4

[36] EL ARAUCANO. (Santiago De Chile, 29/01/1831): Columna 3 / Párrafo 1 / Página 3
[37] Guzmán, Alejandro. Portales y el Derecho. (Santiago de Chile, 1988): 31 -35.
[38] EL ARAUCANO. (Santiago De Chile, 12/021/1831): Columna 3 / Párrafo 5 / Página 4
[39] EL ARAUCANO. (Santiago De Chile, 11/06/1831): Columna 2 / Párrafo 2 / Página 4

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Datos personales

Profesor de Historia y Geografía, Licenciado en Educación, Magíster en Historia Política y Relaciones Internacionales.